La música de Shakira fue la gran triunfadora del primer día del XIV Congreso regional de los populares madrileños, una reunión en la que la organización no se limitó a la repetitiva y habitual sintonía del PP, sino que innovó con diferentes ritmos e incluso se atrevió a denominar el cónclave como el del "buen rollito", en palabras de un pletórico secretario de Comunicación, Juan José Güemes.
El motivo de tanta alegría, transmitido desde el escenario, era precisamente la noticia que tenía que dar a sus compañeros de filas de que su mujer, también afiliada, está embarazada de su tercer hijo.
Lo curioso de la situación es que Güemes compartía tribuna en ese momento con el primer edil de Arganda del Rey, Ginés López, cuya mujer también está en estado, y de la regidora de Pinto, Miriam Rabaneda, que es la "única alcaldesa de España que ha tenido gemelos" estando al frente de un Gobierno local, tal y como subrayó la presidenta autonómica, Esperanza Aguirre.Anuncios, todos ellos, que arrancaron los aplausos de los 2.500 compromisarios que abarrotaban el Palacio Municipal de Congresos y que se alegraron de que la familia popular vaya a crecer con los nuevos nacimientos.
El 'buen rollito' se extendió incluso a la primera fila del Salón Plenario, donde Aguirre y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, compartían reposabrazos, miradas cómplices y confidencias, un día después de que de nuevo estallara la polémica entre ambos dirigentes a cuenta de la privatización parcial del Canal de Isabel II que pretende llevar a cabo el Ejecutivo regional.Música para un partido "moderno"Amy Winehouse, Pereza, Kate Ryan, Duffy y Abba, entre otros, inundaron los pasillos del Palacio Municipal de Congresos con sus voces, mientras los delegados del PP debatían ponencias y exponían comunicaciones.
Para la llegada de Aguirre, se eligió el 'Don't bother' de Shakira, una canción que hace referencia a una mujer que desafía la gravedad, es estilizada, ha ido a la escuela privada y tiene los amigos perfectos.La dirigente popular se movió como pez en el agua a lo largo de un Congreso en el que contó con el apoyo de algunos de sus 'maestros', como ella misma los llama, entre los que se cuentan el ex ministro Francisco Álvarez Cascos y el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, que irrumpió por sorpresa en el cónclave al igual que hiciera en el congreso nacional de Valencia del pasado mes de junio.
Sabedora anticipada de su éxito, al ser la única candidata a la Presidencia del partido, y cual estrella de cine en una entrega de premios, Aguirre llegó al cónclave ataviada con una chaqueta roja y una falda, modelo que a media tarde dio paso a un ajustado vestido con un estampado de figuras geométricas en tonos malva y vino, cuya pechera adornaba un pin de una guitarra y otro con su propia foto.
Estas mismas 'chapas' lucían en la solapa de muchas de las chaquetas de los compromisarios, como la de Francisco Granados, Esteban González Pons y María Dolores de Cospedal, cuyos motivos decorativos se vieron complementados con unos imanes luminosos con forma de corazón, guitarra y osito de peluche, respectivamente.
Consejero transportadoOtra de las anécdotas de la jornada fue que la mayoría de los dirigentes populares llegaron al Palacio Municipal de Congresos en vehículos privados o taxi, debido a que la presidenta les había pedido que no utilizaran sus coches oficiales. Así, Aguirre hizo su aparición en un Peugeot 407 de color rojo conducido por su jefe de gabinete.Nadie se quiso perder el evento, aunque fuera para estar en la cafetería, que fue el lugar más concurrido a lo largo de toda la jornada, y donde se pudo ver desayunar a un lesionado consejero de Transportes e Infraestructuras, José Ignacio Echevarría, que a causa de una rotura de tobillo tuvo que participar en el cónclave desde una silla de ruedas.
Sin embargo, no todos los compromisarios asistieron de manera disciplinada a los debates de las cuatro ponencias. Gallardón y su mano derecha, Manuel Cobo, se ausentaron durante gran parte de la jornada, y estuvieron presentes casi únicamente durante las intervenciones de los principales líderes del PP, mientras que otros populares, como el diputado nacional Gabriel Elorriaga, no llegaron a recoger sus acreditaciones.Aunque casi todos los detalles del congreso eran conocidos de sobra por los 500 periodistas acreditados, el morbo lo puso la vuelta al equipo de Aguirre de dos afectados por la remodelación del Gobierno en junio, los ex consejeros Manuel Lamela y Gádor Ongil.Hacia las 20.00 horas, el grueso de los delegados se dirigió a las 14 mesas preparadas para votar.
Entre ellos esperaba, haciendo fila como uno más, Aguirre. Unos puestos por delante estaba Cascos, que le enseño su papeleta. "Qué luego todo son rumores", bromeó el ex ministro. Después de la proclamación de Aguirre, los compromisarios abandonaron el Palacio tras casi trece horas de reunión, y a la espera de reencontrarse mañana para clausurar el congreso con la intervención del líder nacional, Mariano Rajoy.
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